I. Mi primer poema

    A manera de introducción a este blog, comparto aquí el primer poema que haya escrito. A diferencia de mi primer texto narrativo, que redacté “por encargo” de algún maestro de primaria, mi primer poema brotó en casa, de manera espontánea y sorpresiva, como de un salto, desde quién sabe qué rincón. Nadie me lo ordenó. Es más: nadie me había enseñado a, ni me había dado el ejemplo de, hacer poesía. Tenía yo ocho años, una de esas edades en que empieza el uso de razón, y estaba yo lejos de entender de dónde había salido esa idea, ese impulso, esa urgencia de ir a tomar papel y bolígrafo y volcar allí esta serie de palabras que iban así:


PARA MI MAMI

Para mí una flor es bella

Para mí una canción es una consejera

Para mí la luz es refugio y consuelo

Y tú para mí eres

             la luz

  una flor

  y una canción


Así, tal cual, con sangría creciente al final y todo. Bueno, ni tan “tal cual”: a pesar de que a mi corta edad ya era yo una apasionada de la ortografía, cinco faltas quedaron en la hoja como un sello permanente de inocencia: “para mí mamí”, con dos tildes de más; “concegera” con “c” y “g”; y “conzuelo” con “z”. 

    El acto de creación poética estaba entonces recién estrenado, aunque mi fascinación por el lenguaje venía de mucho tiempo atrás. Porque si bien mi primer poema data de la edad en que empezó el uso de razón, mis primeros recuerdos sobre dicha fascinación son de mis primeras memorias, a secas. Aún recuerdo cuánto me intrigaba el hecho de que los adultos, al ver agrupaciones de letras, entendieran un mensaje que yo aún no comprendía; era algo que me provocaba una curiosidad, una admiración y una pasión similar a las que ahora podría inspirarme un egiptólogo descifrando jeroglíficos. Así que unos tres años antes de que me enseñaran a leer y escribir en el colegio, le rogué a mi mamá que ella lo hiciera, y lo hizo con talento de maestra, a pesar de que su oficio fuera el de secretaria. Uno de mis primeros recuerdos es la captura de aquel momento glorioso en que entendí las reglas del juego, la manera en que cada letra correspondía a un sonido.

    Ahora bien, de dónde había salido la idea de escribir un poema era una cuestión bastante intrigante, como decía, puesto que ningún adulto de mi entorno lo hacía. Está claro que no fue por imitación, sino por pura vocación. Y tuvieron que pasar años, muchos años, para yo descubrir que esa causa que podríamos llamar vocacional tenía a su vez una causa que podríamos llamar transgeneracional. Sin saberlo, estaba yo unida por lazos de sangre (o en este caso una especie de “lazos de tinta”) a otros miembros de un mismo clan que habían compartido, o comparten, esa necesidad de expresarse poéticamente: tanto familiares lejanos en parentesco y en el tiempo (incluida María Bibiana Benítez, quien según averiguaciones genealógicas fuera tía de mi tatarabuelo, y también tía de la poeta Alejandrina Benítez, a su vez madre de aquel gran Gautier, que al cantar llamó a Borinquen la tierra de los mares, como más o menos dice la canción) como parientes cercanos, que han sido todos incomparablemente más dotados, más valientes, más fieles a su pasión por la escritura que esta servidora. No pretendo yo ni siquiera acercarme a la magnitud de su brillo; solamente quiero empezar a compartir la chispa que ha sido la mía, sea del tamaño que sea.

Comentarios

  1. ¡Hermoso! Tu habilidad con las palabras desde nena...Linda vocación, una herencia familiar....💕

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    1. Lo que pasa es que sos un sol, y estás tan llena de cosas bonitas, ¡que ves cosas lindas por todos lados!

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  2. Me encanta ese poema!🥰

    Sobre todo en ese momento preciso que lo escribiste, porque fue instantáneo y tuviste esa inspiración la cual aprovechaste.

    Me quedé impresionada y muy emocionada.🥺

    Estoy agradecida con el Ser Supremo.🙏🏼💙

    Además escribes tan bello y describes todo eso con mucha magia!🌟💖✨

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  3. Que hermoso poema y que talento el tuyo desde tan corta edad, que refleja esa cercanía y as mor a tu mami.

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  4. Me encantó leerte. Y tu primer poema hermoso. Me alegra mucho concerte desde las letras. Un abrazo enorme

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    1. Muchas gracias, amable desconocid@. Un abrazo también para ti.

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  5. Excelente, me encanta tu espontaneidad

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