III. Mi primer poema publicado


    De aquel primer poema que escribí "para mi mami" a los ocho años, pasamos al que titulé "A mi madre" a los quince. A diferencia del primero, que brotó espontáneamente sin que nadie me indicara hacerlo, este segundo lo escribí como tarea de redacción para la clase de idioma español, en el marco de la celebración del Día de la Madre de 1996.

    Por extraño que suene (o tal vez ustedes estarán de acuerdo conmigo), el poema que había escrito unos siete años antes me parece superior en forma, aunque ambos comparten el mismo fondo: el profundo amor hacia mi madre. Sin embargo, el poeta guatemalteco Francisco Morales Santos habrá encontrado algo de valor en este que compuse siendo adolescente, puesto que decidió incluirlo en el número 4 de la Revista Algarero Cultural, en 1999. 

    Aún recuerdo vívidamente mi intensa emoción al toparme por primera vez con la sede de Editorial Cultura -que él empezaba a dirigir por entonces- un día en que caminaba por las calles del centro histórico. Me armé de valentía para transcribir muchos de mis poemas con una máquina de escribir eléctrica que mi madre había comprado y los llevé a la editorial, con la esperanza de ver algunos publicados y estar un poco más cerca del sueño que en ese entonces me apasionaba: dedicarme a escribir. Fue toda una sorpresa, una grata sorpresa, que Morales Santos sí considerara que algunos merecían ser publicados. 

    Lo que siguió fue el primer acto de traición a mi sueño. A pesar de que Morales Santos me añadió a la lista de jóvenes poetas que pronto verían publicado su primer libro de poesía, una lista escrita sobre una pizarra, un día decidí que borrara mi nombre. Y es que esas tormentas, lluvias, vientos y nieblas que estaban en el poema y también dentro de mí ganaron la batalla durante muchísimos, demasiados, años. Tuvieron que pasar un par de décadas para que empezara a brillar el sol.


A MI MADRE


Desde entonces...

Desde allí...

Entre negro y paz,

tú junto a mí.


Desde allí,

entre silencio y tinieblas,

entre oscuridad y amor,

estaba yo junto a ti.


Desde el primer latido,

desde el primer suspiro,

antes del primer rayo de luz,

me enseñaste a querer.

Y a pesar de tormentas,

lluvias, vientos,

detrás de la niebla,

allí estarás tú.


¡Tan pequeñas las lágrimas!

¡Tan pequeñas las heridas!

Y tan grande ese amor que nació junto a mí

...desde entonces.

Comentarios

  1. Muy hermoso de veras. Esas tormentas y nieblas nos siguen toda la vida pero esta en nosotros con la confianza en el todopoderoso batallar y salir de ellas converridos en rayos de luz. Tú nombre solo se borro de una pizarra no de la eternidad.

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  2. Sencillamente hermoso!🥰

    Nunca es tarde hija. Este es tu momento.

    Sigue adelante con ese derroche de poesía y de escritura!

    Me siento tan honrada, orgullosa y agradecida por haberme dedicado esos poemas.

    Bendiciones 🙏🏼✨
    Mami.❤️

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  3. Que lindo Laura! Sigue adelante..Este es tu sueño desse que te conozco...

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    1. ¡Muchas gracias, amiga, por tu apoyo! Ya sé quién sos. Inconfundible.

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  4. Lau que emoción me causo al leer el poema hasta me salieron mis lágrimas, que hermoso poema y que alegría que estés retomando está vocación que tienes de es escribir, gracias por compartir.

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