IV. Arena y mar

Mucho había tardado en llegar a ese tópico tan recurrente en la poesía en general, y en mi poesía en particular: el amor romántico. Siempre con quince años, escribí un poema dirigido al protagonista de mis sueños más persistentes: ese esperado compañero idóneo que algunas personas conciben como "alma gemela" o "llama gemela". Y sí, mi anhelo tiene que ver con almas, con una conexión entre almas, y con un amor que presentaría los rasgos de una llama; pero no tanto con la idea de la "gemelidad". Porque a esa alma, la imagino como parecida a la mía, pero complementaria en sus diferencias, algo así como las famosas representaciones gráficas del yin y el yang. Tal vez sea por ello que prefiero la expresión en inglés " soul mate ", compañero de alma. Dicho esto, a los quince años me inspiró esta mezcla entre poema lírico y de verso libre, cuyos versos número 1 de las distintas estrofas riman entre sí, lo mismo es válido para los versos nú...