XIV. "Afuera tú no existes, sólo adentro"...
Cuenta uno de mis diarios de adolescente que del 13 al 15 de mayo de 1998 viví una experiencia muy enriquecedora e inspiradora. Como ya había mencionado en alguna parte, yo estudiaba en un colegio francés situado en mi país. Pues bien, en aquel entonces nos llevaron, a los estudiantes de mi clase, a un centro de retiro para recibir un seminario especial nada más y nada menos que de una de mis asignaturas favoritas: "Français", es decir, "Lengua y literatura" del plan de educación francés.
En mi diario registré que "aprendí muchas cosas sobre la literatura, pero también sobre mí y sobre la vida". Escribí que tuvimos conversaciones filosóficas con algunas de mis amigas, y que creció mi sed de erudición. Al parecer, el impacto estético de "la luna amarilla, las mariposas, el lago, la niebla" también fue fuerte en mí y, tal como mencioné en mi diario, "en medio del recuerdo de la noche de luna, de las preguntas que me heredó esa noche, y de mi sentimiento confuso" por mi amor platónico de turno, uno de esos días escribí este poema en el que plasmé la agitación que causaba en mí el misterio del universo, ese universo en que se ha gestado nuestra existencia, y el misterio de ese otro universo constituido por la interioridad de otra persona -otra persona que tiene el efecto de hacernos sentir con más intensidad la vida palpitando dentro.
VAIVÉN
Cuántos polos dentro de mí
Cuántas corrientes en choque
Cuántas mareas -cuántas lunas-
Cuántas olas de mi esencia líquida
Una corriente con el misterio de ti
viene a golpearme debajo del pecho
Corriente que golpea con ritmo constante
Misterio del golpe que es suave caricia
Hay otra tan frío como cálido tú
arrastrando una imagen de luna
con olor de noche que pregunta
por la Fuente, el ayer, el mañana...
Agitación
Tú, un todo real que no entiendo
El Todo, lo que entiendo o no entiendo si es real
Él es misterio abierto, mi nido universal
y tú eres nido cerrado con misterio dentro
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