A manera de introducción a este blog, comparto aquí el primer poema que haya escrito. A diferencia de mi primer texto narrativo, que redacté “por encargo” de algún maestro de primaria, mi primer poema brotó en casa, de manera espontánea y sorpresiva, como de un salto, desde quién sabe qué rincón. Nadie me lo ordenó. Es más: nadie me había enseñado a, ni me había dado el ejemplo de, hacer poesía. Tenía yo ocho años, una de esas edades en que empieza el uso de razón, y estaba yo lejos de entender de dónde había salido esa idea, ese impulso, esa urgencia de ir a tomar papel y bolígrafo y volcar allí esta serie de palabras que iban así: PARA MI MAMI Para mí una flor es bella Para mí una canción es una consejera Para mí la luz es refugio y consuelo Y tú para mí eres la luz una flor y una canción Así, tal cual, con sangría creciente al final y todo. Bueno, ni tan “tal cual”: a pes...
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